martes, 24 de febrero de 2015

“TE TENGO”

Capítulo 8
La seguridad que tanto le estaba costando recobrar se desmoronaba de nuevo, sentía miedo asta de asomarse por la ventana. Había pasado los últimos días encerrada a conciencia con las puertas atrancadas desde adentro y pese a ello se sentía observada por un enemigo invisible, que la asechaba desde las sombras y que esperaba a que tuviera una equivocación más para atraparla del cuello y partirla en dos.
El día siguiente de su cita con Ángel en el parque y de haber decidido recobrar el control de su vida la despertó un fuerte golpe en su puerta de entrada. Entre dormida y despierta abrió la puerta con mucho cuidado solo para ver consternada una hoja de papel clavada a la puerta de madera bruscamente con una navaja de esas que se llevan en el bolsillo. Las dos únicas palabras que tenía escrita dicha hoja la habían menguado y torturado incluso más que la noticia del periódico. “TE TENGO” era un aviso y una amenaza, era además un presagio de su destino. Alejandra se sentía perdida, nadie, absolutamente nadie que la conociera sabía que ella se encontraba en ese lugar, ¿cómo era posible que la encontraran si ella se había esforzado tanto por no dejar rastro?
Cada mañana por los siguientes cinco días había recibido una nota similar e igual de consternaste para ella. En una ocasión había distinguido en la oscuridad una silueta de un hombre pero no estaba segura de sí había sido su imaginación. No se sentía segura ni de llamar a la policía e involucrar a Ángel en tal problema era algo que no deseaba.

Cada vez recibía más y más llamadas de Ángel que no se animaba a responder por miedo a involucrarlo en un peligro como ese. 
La comida del refrigerador estaba a punto de agotarse, y las alacenas de la cocina se encontraban llenas únicamente de polvo, no sabía que haría si su comida se terminaría, solo estaba segura de una cosa, su situación estaba a punto de terminar, ya sea porque ella saliera a afrontar su destino o que este entrara por ella, de cualquier manera ella solo miraba un posible desenlace: su muerte.